Cada vez que se acercan fechas señaladas en la que se espera de nosotros la entrega de regalos las dudas nos invaden. El día del padre está acechando este 2019 y aunque muchos pensemos que se trata de otra celebración comercial, nadie quiere parecer un mal hijo.
Aunque sientas que un pequeño duende te habla, y el día del padre se trata de una fiesta más que invita al consumo, tener un pequeño detalle siempre se agradece.
Origen de la celebración del día del Padre
¿Alguna vez te has preguntado cuál sería el origen de esta celebración? Pues desde Rey Fernando queremos saciar tu curiosidad, por lo que te animamos a continuar leyendo.
La “culpa” de que en España celebremos el Día del Padre el 19 de marzo tiene nombre y apellidos, y se lo tenemos que agradecer a una profesora de un colegio de Vallecas, Santo Ángel, Manuela Vicente Ferrero o Nely. Hacía todos los años junto con sus alumnos manualidades para celebrar el Día de la Madre.
Y dirás ¿cuál es el problema? Simple y sencillo, digamos que los padres no estaban tan contentos con la idea, ya que ellos nunca tenían manualidades como regalo de sus hijos. No había un día en el que sus hijos pudiesen hacerles un regalo para celebrar lo mucho que les querían.
La solución de Manuela fue sencilla: hacer que existiese un Día del Padre. Así, los niños podían regalarle por fin unas manualidades a sus padres y de esta forma, conseguía que los padres dejasen de quejarse por la ausencia de las mismas. De este modo decidió colocarlo ese día el 19 de marzo, coincidiendo con San José, figura paternal por excelencia dentro de la religión cristiana.
La idea tuvo tal éxito que contactó con ella Pepín Fernández, propietario en su momento de las famosas Galerías Preciados, que se encargó de promocionar y publicitar el Día del Padre. Por lo que siendo objetivos podemos decir que su origen sí es un poco comercial.
Puede que ya seamos un poco mayores para andar regalando manualidades, pero sorprender a nuestro padre con una tarta de Rey Fernando es una victoria asegurada. Nadie rechaza una tarta, ¿verdad? Nosotros no seríamos capaces.